Si para crear modas los diseñadores toman diversos puntos de inspiración, en cuestiones de nuestro propio look también hacemos lo mismo. Incluso si tomamos como ejemplo alguno de nuestros accesorios veremos que la base de su belleza está en unir diversas partes para dar como resultado algo único y cuyo atractivo varía de acuerdo al ánimo y ocasiones en que decidamos llevarlo.
Siempre me ha parecido que las joyas que se fabrican a partir de piezas minúsculas gozan de un encanto que va más allá de sus acabados finales. De ahí que tenga una especial fascinación por las alhajas con mosaicos, las cuales además de verse muy de vanguardia poseen un efecto luminoso ideal para brillar en verano.
A este tipo de joyas se les puede sacar mucho partido en cuanto a variedad de formas y tamaños. Los mosaicos no necesariamente tienen que guardar formas geométricas definidas, sino más bien ser irregulares para dar lugar a diseños inspirados en la naturaleza, como este juego de pendientes y anillos con motivo de rosas, de la diseñadora Angela Cummings:
Otra de las maneras en las que los mosaicos expresan su versatilidad es en la conjunción de variados diseños dentro de la misma joya. Por ejemplo, con múltiples diges que conforman un imponente collar como este de Martine Wester:
Así mismo, otro de los encantos de las joyas con mosaicos es que pueden dividirse en micropartes que le dan un aspecto de mayor delicadeza, tal como se muestra en las piezas de Courtney Denise Lipson:
Por esa misma precisión en los detalles los mosaicos se pueden aprovechar en joyas y accesorios que usualmente no tomamos mucho en cuenta, como ganchos y broches. A pesar de su pequeño tamaño, uno solo de ellos puede darnos un look completamente diferente:
Imágenes: Christie’s, The Beauty and Charms of Fashion Jewelry, CDL, Rase Hall Studios.
