Los bolsos son imprescindibles en el clóset de una mujer. Además de resultar muy útiles para llevar nuestras pertenencias (que usualmente son muchas entre el celular, las llaves, el monedero y el maquillaje), son el máximo símbolo de elegancia y coquetería femenina.
Dentro de la variada gama de estos accesorios, los mini-bags encabezan la lista de mis favoritos porque tienen una versatilidad que les permite transformarse de carteras a bolsos de mano de manera casi imperceptible y siempre conservando un glamur que no desentona en ninguna ocasión.
Echándole un vistazo a diferentes mini-bags encontré unos de Lanvin Liz Pouchette que destacan por la singuralidad de sus diseños de onda vintage pero que no lucen nada anticuados, como este modelo con asa hecha de eslabones, piedras de bisutería metálica que recubren prácticamente toda la superficie y un pompón negro en la esquina superior izquierda a manera de flor:
Las que prefieran algo menos ostentoso, como para ir a la escuela o el trabajo, puede llevar este mini-bag rosa, un poco más largo que el anterior y con un original seguro de carey que impedirá que las cosas se salga de su lugar:
Para una reunión o compromiso de mayor envergadura les sugiero llevar este modelo de mini-bag blanco, con cierre y hojales dorados, así como el detalle de sus asas, por un lado hecha de eslabones y, por el otro, de una tela estampada que también simula una cadena:
Pero si quieren atreverse a romper esquemas y marcar la diferencia, bien podrían usar este modelo con aplicaciones de flores de tela y bisutería, una flor-pompón en la esquina superior izquierda (más abultado que el de la primera muestra) y el infaltable asa de eslabones de metal. ¿Quién se atreve a llevarlo?
Imágenes: Hotbrand Club, Stylehive.
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